viernes, 2 de noviembre de 2018

El efecto invernadero


El efecto invernadero.

Todos hemos oído hablar de este fenómeno, pero, ¿sabemos qué es?

El diccionario nos cuenta que se trata de una subida de la temperatura de la atmósfera producida por la concentración de gases, dióxido de carbono en su mayoría. Gracias a esta definición podemos hacernos una mínima idea, pero, ya que estamos, vamos a profundizar un poco más.

El efecto invernadero nace a raíz de la producción en gran medida de gases tóxicos. A pesar de que forma parte de la contaminación que se ha estado ocasionando durante siglos (en menor o mayor medida), este suceso es el que ha mantenido estable la temperatura del planeta.


El dióxido de carbono, entre otros gases, se eleva hasta la misma atmósfera que nos permite respirar y seguir viviendo, debilitándola. Es entonces cuando la radiación infrarroja del sol llega hasta la Tierra, penetrándola de forma más fácil. Una vez el planeta se ha calentado gracias a la luz, los gases absorben el calor restante, por lo que la temperatura aumenta más de lo debido.


Joseph Fourier fue el primer científico en hablar del efecto invernadero. Publicó sus observaciones sobre las temperaturas de la tierra en 1824, donde utilizó la analogía del invernadero por primera vez. En sus obras, compara la atmósfera con un fino cristal que retiene el calor y mantiene la Tierra templada.




Venus. El planeta más cercano a nosotros. ¿A qué se debe su color?

Sus medidas son similares a las de la Tierra, convirtiéndose en nuestro planeta gemelo. Se cree que durante la creación del Sistema Solar, Venus pudo albergar océanos en su corteza, junto a una temperatura algo más elevada que la nuestra, pero no extrema. Sin embargo, una serie de factores fueron soldándose hasta dar con las condiciones necesarias para que un efecto invernadero se dé.


Venus es el efecto invernadero más intenso conocido por el ser humano. Produce un calentamiento mucho mayor al que se origina en la Tierra, pudiendo su superficie alcanzar los 474 grados centígrados. Hace más calor que en Mercurio, el planeta más cercano al sol. Además, la presión atmosférica en Venus duplica la nuestra.

Es un planeta descrito como Infierno. Enormes erupciones volcánicas siguen activas, nada comparado con las que suceden en la Tierra. Sus nubes están compuestas por ácido sulfúrico en lugar de agua, y son tan densas que desde nuestro planeta no es visible la corteza venusina. Su color se debe a sus nubes y la composición de estas.

Estudios recientes temen que la Tierra acabe en las mismas condiciones que Venus: que acabe siendo imposible respirar su aire y que las temperaturas alcancen dígitos tan extremos que la vida desaparezca.

Si nuestras emisiones de CO2 y otros gases no cesan, ocurrirá.



Y, créanme, no nos interesa acabar como Venus.